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Rocío Morales “Casa Pueblo nace de una lucha de los movimientos sociales”

Casa Pueblo es una institución del Estado, una Casa de Atención y Acompañamiento Comunitario.

Brinda desayuno y merienda a las familias concurrentes. Asimismo ofrece actividades que son gratuitas y abiertas a la comunidad de Chivilcoy únicamente tienen que acercarse.

Realizan talleres de arte martes y miércoles 9 a 10.30. También grupos a la mañana que se encargan de los panificados, de la comida para la merienda y el desayuno.

Los miércoles un médico generalista atiende de forma gratuita de 15 a 17, los jueves espacio de forma individual de una psicóloga que atiende de forma gratuita y los jueves de 15 a 16.30 un espacio de mujeres donde está la psicóloga y trabajadora social brindándose charlas a partir de la demanda tanto salud sexual, cuestiones violencia, entre otras.

-¿Qué es Casa Pueblo?

-Son casas de atención y acompañamiento comunitario que dependen de la Secretaría de Políticas Integrales de Drogas de la Nación.

Dimos una lucha en la calle para poder empezar a disputar esos espacios, se nos incluye a la mesa de discusión y de diálogo para que el Movimiento Evita junto con Ctep. Se elige a Chivilcoy y al Movimiento Evita porque venimos hace años trabajando en diferentes barrios de Chivilcoy. Es un gran orgullo al tratarse de un derecho conquistado colectivamente.

-¿Cómo nace?

-Casa Pueblo nace de una lucha de los movimientos sociales. En 2015 cuando gana el macrismo nos empezamos a encontrar con muchas problemáticas en los barrios de índole social.

En el gobierno de ante anterior cuando estaba Cristina Fernández de Kirchner como Presidenta, la Secretaría estaba a cargo del Padre Juan Carlos Molina y se abrían estas casas que si se enfocan en lo que es consumo problemático consideramos que debe ser abordado desde una mirada mucho más integral.

Aunque no solamente las Iglesias tenían que encargarse de ese tema sino también los movimientos sociales que estábamos dentro de la calle empezar a tener un lugar y hacernos visibles porque estábamos dentro del territorio, notábamos injusticia y teníamos que empezar a dar una discusión porque necesitábamos este tipo de casas, profesionales, médicos. Además teniendo en cuenta que las demás instituciones de estas características estaban también desbordadas.

Contamos con profesionales que tienen una mirada comunitaria, inclusiva, estoy muy orgullosa de ellos e igual que los talleristas.

-¿Los recursos?

-Contamos con un subsidio de forma mensual, pero la realidad es que tenemos problemas con el tema de los pagos porque somos una casa que ahora tiene que empezar a autogestionarse porque tenemos un equipo interdisciplinario integrado por un médico, psicólogos, trabajadora social, talleristas, brindamos una merienda para niños, niñas y mujeres.

Si bien el presupuesto es muy poco debemos administrar cada peso que ingresa. Se nos había depositado junio, luego septiembre y con luego administrar el dinero que ingresa para poder sostener la institución porque además debemos pagar alquiler, energía eléctrica, gas.

Todo cuesta muchísimo y por tal motivo hacemos un bono contribución, rifas, buscamos los recursos para poder solventar los gastos.

-¿Subieron de categoría?

-Sedronar nos audita una vez cada dos meses para comprobar cómo estamos trabajando y como lo veníamos haciendo muy bien dentro de la categoría ‘C’, después de las auditorías y comprobando la buena labor realizada se nos otorgó la categoría ‘B’ que implica un mayor presupuesto y es una alegría inmensa debido a que nos ayuda a crecer como institución.

Ahora esperemos que pueda el estado cumplir con el subsidio que nos otorgan aunque esta nueva gestión con Alberto Fernández se pudo empezar a discutir al respecto en relación a los meses sin pagar de la gestión anterior y están dispuestos a poder regularizar la situación.

-¿Qué ofrecen además de la merienda?

-Nuestra intención es no quedarnos únicamente en la merienda sino tener una mirada integral con talleres para niños y niñas, para mujeres que son quienes concurren en su gran mayoría en relación a población porque somos las primeras que nos cargamos al hombro el plato de comida de nuestros hijos. Los niños tienen taller de pintura, dibujo, deportes y de teatro con Andrea Pelusa que es dinámico, cambiando de acuerdo al estado de ánimo de las concurrentes.

Tenemos apoyo escolar, taller de folclore, de cortos audiovisuales y en tal sentido participamos en un certamen denominado ‘No detengan nuestros derechos’ donde ganamos por un corto acerca de las infancias trans junto con niños y niñas quienes actuaron.

-¿Mucha concurrencia femenina?

-En tal sentido, la mujer necesita estar acompañada sino es muy difícil y de hecho se nos presentaron casos complejos dentro de la institución que merced al equipo que tenemos pudimos lograr disminuir un poco ese dolor, siempre acompañando y conteniendo porque la salida de los problemas no es individual sino colectiva. Los pilares de la casa son la solidaridad y el amor porque es lo que nos sostiene mucho más aún en los tiempos difíciles.

-¿Trabajan articuladamente con otras entidades?

-Somos una institución del estado pero no podemos hacernos cargo de todo porque contamos con muy pocos recursos y ante cada inconveniente que surge tratamos de trabajar articuladamente con quien corresponda, así hacer derivaciones para no desbordarnos para el bienestar de la persona porque es cumplir con su derecho.

-¿Cambió la perspectiva en estos años?

-Sí, los chicos concurren actualmente por la merienda cuando anteriormente la merienda era complementaria a una actividad, pero últimamente la situación cambió. No obstante, no queremos que únicamente se quede en la merienda sino que los chicos tengan un acompañamiento, un lugar de contención también. Es una realidad muy triste y los chicos apenas salen de la escuela concurren a Casapueblo a comer, después se iban a jugar.

De hecho, escuchamos a las madres de los niños que les dicen comé para llenarte porque en casa a la noche no cenamos, son realidades muy dolorosas y es algo mínimo de aquello que escuchamos cotidianamente.

Que una persona no tenga para comer es muy triste y la realidad es que hay pobreza en Chivilcoy aunque no se quiere ver o se haga oídos sordos, lo comprobamos cotidianamente. Es una realidad muy dolorosa que la persona no tenga su derecho a alimentarse.

-¿Una institución con diversidad?

- Exactamente porque además de las mujeres, tenemos compañeras y compañeros trans que están trabajando realizando la merienda y para nosotros es un gran logro porque, si bien en nuestra ciudad no se está cumpliendo con el cupo laboral trans, articuladamente con Cetep a través de los salarios sociales se los otorgamos a cambio de una prestación.

-¿Cómo funcionarán en la temporada estival?

-El único cambio que haremos en el verano con el merendero es un tema de horario después las actividades continuarán. Nuestro propósito sería poder brindar un almuerzo pero la parte económica no lo permite, por lo tanto optamos por brindar una merienda reforzada si es que los niños y las mujeres no tienen la posibilidad de cenar.

Al no estar escolarizados no pretendemos hacer esperar a los chicos hasta las 17 para comer teniendo en cuenta que quizás alguno no almorzó así que la otorgaremos alrededor de las 15. Quisiéramos no tener que dar una merienda pero es la realidad y nos hacemos cargo.

-¿Proyectos?

-Tenemos proyectos para abrir cooperativa textil, de panificados y será para el próximo año. El propósito es hacer talleres de oficio.

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